NÚMEROS VS. PALABRAS
1 Ex presidente condenado a 8 años de prisión
1 Ex presidente bajo investigación y con grillete
1 Ex Vicepresidente preso
1 Ex Vicepresidente destituida
137 Asambleístas. 3 destituidos por corrupción. 1 en prisión. 1 condenada a prisión. 1 con orden de captura. Decenas siendo investigados por diversas causas ligadas a casos de corrupción
65 Jueces con carnet de discapacitados que deben demostrar que lo obtuvieron de manera correcta
2 Ex Ministros de Estado en prisión.
3 Ex Ministros de Estado condenados por cohecho | |
Incontables contratos con el Estado pagados con sobreprecio | |
10.000 muertos “extra” en Guayaquil entre marzo y junio | |
21 pre candidatos a la Presidencia | |
95 organizaciones políticas aptas para participar en elecciones | 2020 |
PIB cae 10% | |
500.000 desempleados |
$58.418 millones deuda pública al 20 de junio 2020
Cómo los números son infinitos y no son mi mayor fortaleza mejor me detengo ahí, con la certeza de que hay más que no incluyo y que de seguro llaman poderosamente la atención. Sobre algunos de esos
números no hay nada que hacer y sobre otros será tarea de un nuevo Gobierno intentar resolverlos.
Lo insólito es que esos números se resolverán con palabras. Palabras que aún no escuchamos y palabras en las que pondremos nuestros mejores deseos y esperanzas.
En los últimos 30 años hemos escuchado esas palabras y por ellas hemos votado. Debo aquí hacer una breve interrupción para comentar que pertenezco a la generación que fracasó y no pudo dar un Gobierno que ponga al país en la ruta del cambio real, del progreso y del bienestar y prosperidad que todos anhelamos. Me queda de consuelo que en todas las elecciones presidenciales que se han realizado desde 1978, mi candidato favorito sólo ha ganado dos veces, así que a los otros que llegaron al poder, al menos yo no los elegí.
Recuerdo haber asistido a una conferencia de un reconocido investigador y consultor político, que intentaba explicar por qué
había triunfado en el país lo que él denominaba “populismo lumpen”,
decía que había descubierto que los pobres del Ecuador no querían ser ricos, ni vivir cómo los ricos, que ellos querían ver a los ricos sufrir al igual cómo sufren ellos. Me impactó de tal manera que aún hoy me suena creíble. ¿Seguirá siendo verdad? Tengo claro también que los números en aquel año no eran ni la sombra de lo que son hoy.
Hoy las campañas electorales se manejan con mejores recursos tecnológicos que en el pasado y los mensajes, las promesas del candidato, no se elaboran en el vacío y se transmiten con mucha mayor precisión a los diversos grupos que integran el electorado. Ahora, los consultores políticos pueden anticipar información de los votantes según las localidades, provincias y regiones y conocer exactamente lo que anhela el elector, así cómo cuál es el perfil del
candidato ideal, y a lo largo del tiempo de campaña conocen con cierta regularidad cómo evolucionan las preferencias del electorado, información vital para realizar los ajustes del mensaje del candidato.
La pregunta obvia entonces aparece: ¿Por qué si todos conocen los números y saben lo que los electores desean, si todos saben cómo hay que comportarse para asemejarse al perfil ideal, por qué si todos saben lo que hay que ofrecer y dónde transmitir su mensaje, gana uno que a veces no es el ideal? La respuesta es sencilla,
nuevamente las palabras lo lograrán, no los números. Las palabras
adecuadas, emitidas en el tono adecuado y en el momento oportuno son las que consiguen los números que se requieren para ser el elegido.
Ojalá en las próximas elecciones no volvamos a elegir al que “habla bien”, sino al que propone las acciones correctas para abandonar los horribles números que hoy tenemos.
Horacio Chavarría |
Presidente Ejecutivo Alterno y Gerente General de OI Comunicaciones. |
Experto en Consultoría Estratégica, Manejo de Crisis, Relaciones con la Prensa, Media Training, |
Comunicaciones internas y soporte a Marketing. |
Director Ejecutivo de ITSU. Instituto Técnológico de Arte y Comunicación. |
Director de diversas organizaciones sin fines de lucro. |