EL MIEDO COMO ESTRATEGIA ELECTORAL
Sin duda esta es la elección presidencial más singular desde el retorno a la democracia, no solo por su origen, dado por la “muerte cruzada”, por el corto tiempo para organizarlas, el breve lapso que gobernará quien resulte electo y por el asesinato de Fernando Villavicencio que de acuerdo a las encuestas publicadas tenía una intención de voto entre 7.4% y 17.1% y un nivel de rechazo cercano al 20%, era uno de los que tenía posibilidades de estar en segunda vuelta.
Este hecho modifica cualquier manual de campaña que pudo haberse utilizado en el pasado, el estado de shock que vivimos como sociedad a consecuencia de un insólito nivel de violencia, sumado a la incertidumbre económica y los temores que genera el fenómeno “El Niño” por su afectación a nuestra economía, obliga a los candidatos a alterar su estrategia.
Desde el 2019 el mundo entero vive con temor: Pandemia, guerra, economías que decrecen, violencia e incertidumbre han sido las noticias con que nos hemos despertado desde entonces.
No deberá sorprendernos que más de uno utilice el miedo como estrategia, no olvidemos que este es una de las más importantes motivaciones del ser humano desde el inicio de los tiempos.
El desgano y la aparente desidia de los electores, antes del fatal crimen, estaban dados en gran parte por la ausencia de pasiones, ya que ningún candidato las generaba, y bien sabemos que el voto se decide emocionalmente.
Los desabridas promesas de campaña y la falta de carisma de los candidatos la habían convertido en la campaña electoral más aburrida desde el regreso a la democracia.
Se estaba en la etapa en la que se presentan ideas y propuestas diseñadas en base a un programa de gobierno y a las necesidades de la población y estas son por decir lo menos vagas, no hay nada que los votantes no hayamos escuchado antes, lo que debería diferenciarlas a través de comunicación persuasiva es el anclarlas a una emoción. Siento que hasta ahora ningún candidato las despierta por sí mismo. Las fantasías y temores de los electores no están inspirados por ellos y sus campañas sino por factores subyacentes o experiencias pasadas. Era esta hasta hace pocos días una campaña, que a diferencia de otras, en que la cordialidad y tibieza de los participantes la habían vuelto insípida.
De acuerdo al estudio de Comunicaliza de Julio 26 el principal problema del país es la inseguridad 46.7% y los que le siguen en importancia son falta de empleo 16.2% y la situación económica del país 9.06%. Es evidente en cuál tema se enfocarán y de cuáles se alejarán, que aunque siendo importantes, han pasado a segundo plano. Más de uno se erigirá en el defensor de nuestra integridad física y de manera directa o por medio de terceros buscará votos explotando el legítimo temor de los ecuatorianos. “El miedo es el medio más efectivo de control sobre los grupos humanos… es imposible un control de las poblaciones sin un miedo concreto del que deseen ser protegidas” dice José Maria Perceval en su obra ´El terror y el terrorismo´. Añade luego “el miedo como inquietud ante una acción futura imprevisible o una situación catastrófica puede ser el desencadenante de una gran cohesión social, mediante el desarrollo del sentimiento de protección y de la necesidad de proteger al grupo”. El maestro Maquiavelo ya había sentenciado siglos antes que es preferible ser temido que amado, ya veremos a más de un candidato asumir esa postura.
No dudo de qué en estos días los slogans de campaña: “Seguridad, trabajo, bienestar”. “Paz, plata y progreso”. “Somos Ecuador Somos Futuro”. Migrarán a promesas que conecten mejor con las reales y actuales necesidades de los ecuatorianos.
Encuestas realizadas, con diferentes metodologías, luego del asesinato de Villavicencio indican que las fichas en el tablero electoral se han movido de manera notoria y estas ubicarían a Jan Topic en segundo lugar.
Horacio Chavarría P.
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